LA BATALLA DE HASTINGS vista por sus protagonistas

Harold Godwinson se lleva la mano a la corona una y otra vez. No puede creérselo. Él, un simple conde de Wessex, proclamado rey de toda Inglaterra. Tras la muerte de Eduardo el Confesor sin sucesor directo, el Witenagemot (asamblea de nobles ingleses) le ha nombrado rey. Sonríe, aunque es consciente de que no por mucho tiempo.

Al conde Tostig Godwinson, exiliado y herido en su orgullo, se le revuelven las tripas al ver a su hermano entronado. Eso le hace cargar contra su nuevo reino. Sin embargo, sus ardores se acentúan al ver cómo los condes de Mercia y Northumbria repelen su ataque y anulan su rebelión.

Pero Tostig no está solo. Harald Hardrada, rey noruego, apela a un trato con Eduardo el Confesor en el que habían pactado que el que sobreviviera al otro sería nombrado rey de Noruega e Inglaterra. Para defender sus derechos al trono inglés, desembarca en el norte de Inglaterra y se une a Tostig para derrocar al «oportunista» de Harold. Ambos consiguen derrotar a los condes de Mercia y Northumbria… pero comparten la amarga derrota al ser vencidos por el rey inglés en la batalla de Stamford Bridge. Harold empieza a sentirse cómodo sobre el trono inglés tras la contundente victoria. Pero no sabe que lo peor está aún por llegar.

Guillermo de Normandía cruza el Canal de la Mancha a bordo de una extensa flota que ha tardado casi un año en construir. Durante una de sus visitas a Inglaterra, Eduardo el Confesor le había prometido que él sería su sucesor. Harold es un insulto y una falta a esa promesa. Al mando de sus normandos, antiguos vikingos reconvertidos al cristianismo, desembarca en suelo inglés y toma el castillo de Pevensey como base de operaciones.

A Harold, el mensaje de la invasión normanda le genera ansiedad. Todavía se encuentra en el norte recomponiéndose del ataque de su hermano y el rey noruego. Pero es el rey de Inglaterra. Está dispuesto a ganarse el puesto en la batalla. Por ello, obliga a sus hombres a una marcha forzada para cruzar Inglaterra y salir al encuentro de Guillermo.

El 14 de octubre de 1066, las flechas y virotes normandos comienzan a sobrevolar colina arriba. Guillermo se lamenta, Harold se ha adelantado y ha conseguido ventaja en una posición elevada y sus ataques a distancia impactan en los escudos defensores o pasan de largo. Pero eso no será suficiente para detenerle. Tras un ineficaz hostigamiento, envía a sus lanceros al ataque.

El rey inglés, firme y confiado, ordena a sus hombres que lancen todo objeto a su alcance colina abajo para frenar el ascenso normando. Hachas, lanzas y piedras dificultan el ya de por sí complicado avance de su enemigo. La infantería normanda llega cansada al encuentro y es incapaz de romper la defensa anglosajona.

Guillermo, viendo los infructuosos primeros pasos de sus hombres, se lanza con la caballería al ataque. Pero en terreno ascendente, la caballería pierde inercia y también ese ataque es inútil. Observa hacia el ala izquierda y ve como parte de su ejército, formado por sus aliados bretones, se retira de la batalla al verse en situación desfavorable. Guillermo oye, sorprendido, la noticia de su propia muerte. Ese falso rumor hace que todo su ejército huya en desbandada, y es perseguido por las tropas anglosajonas. Sabe que la batalla está perdida. Por ello, cabalga con fiereza y retira su casco para demostrar que sigue vivo. Sus gritos hacen que sus hombres recuperen la moral y vuelvan a cargar, esta vez contra una formación inglesa desorganizada que había roto la formación para perseguirles.

Harold rectifica a tiempo, ordena a sus tropas reagruparse y estas consiguen volverse fuertes en lo alto de la colina, inexpugnables de nuevo tras haber hecho peligrar una victoria que ya creían segura. Respira tranquilo. En este punto de la batalla, casi de nuevo en el punto de partida, ambos ejércitos deciden tomarse un descanso.

Guillermo aprovecha el descanso para pensar una estrategia. Cuando cree dar con ella, se lanza al ataque de nuevo con su caballería… para rectificar y retirarse momentos después de iniciado el ataque. Busca provocar la persecución inglesa para romper la formación. Repite la operación en un par de ocasiones, sin mucho éxito. La batalla entonces parece estancarse con los anglosajones bien pertrechados en lo alto de la colina, no hay forma de hacerles ceder. Entonces, Guillermo vuelve a dar la orden a sus arqueros de disparar.

Harold se ríe, cree que Guillermo está desesperado. El hostigamiento no funcionó al principio de la batalla y no le va a funcionar ahora. Piensa que el duque normando utiliza sus recursos sin inteligencia. Sin embargo, mira hacia arriba sorprendido por una extraña oscuridad. Observa ante sí una lluvia de flechas. Siente un dolor agudo en uno de sus ojos. Una de las flechas se le ha clavado en él. Antes siquiera de comprender lo ocurrido, su dolor se desvanece, su cabeza se apaga. Lo último que escucha en su vida es que el rey inglés ha muerto.

Guillermo celebra su acierto. Esta vez había ordenado a sus arqueros efectuar un tiro parabólico, que dispararan más alto, casi hacia el cielo. En lugar de chocar contra los escudos o pasar de largo como anteriormente en sus disparos directos, ahora las flechas tras elevarse caen en picado sobre el ejército inglés. Las tropas anglosajonas se desmoronan, la noticia de la muerte del rey provoca el pánico y abandonan sus posiciones.

Guillermo ordena la persecución para acabar con la batalla. Solo los huscarles, la guardia personal del rey Haroldo, permanecen en el campo tratando de recuperar y proteger el cuerpo de su rey, muriendo con honor.

Tras la victoria, Guillermo avanza por el sur inglés y, no con poca resistencia, consigue finalmente imponerse y ser aceptado como rey de Inglaterra, acabando así con el reinado de los reyes anglosajones en la isla.

Si os gusta esta historia, os recomendamos la novela El último gato vikingo, ambientada en la invasión normanda de Guillermo y con dos capítulos dedicados a la batalla de Hastings para poder disfrutar de ella desde dentro con sus protagonistas.

Recuerda que se irá recopilando toda la colección de batallas del blog en la BATALLOTECA.

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